lunes, 10 de agosto de 2009

Se tu propio Maestro


Âsanas: para ser maestro de sí mismo, de sus circunstancias y de su tiempo
Con la práctica de âsanas la persona adquiere certeza de sí misma.
Las âsanas según el Yoga clásico
El yoga es uno de los seis sistemas fundamentales del pensamiento de India, conocidos como darshanas; los otros cinco son: nyaya, vaisheshika, samkhya, mimamsa y vedanta. En tanto que el término Darshana significa vista, mirar, punto de vista, incluso cierta forma de ver.
Como parte de los seis darshanas, el yoga tiene sus orígenes en los Vedas, quienes conservaron los registros más antiguos de la cultura hindú. Es así como en el Yoga Sutra, el gran sabio Patañjali lo sistematizó como un darshana especial, en el cual se establecen ocho etapas, pasos o grados necesarias para alcanzar el estado de yoga o liberación, a saber: Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Prathyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi.
Yoga significa actuar, de tal manera que toda la atención está dirigida hacia la actividad que se realiza aquí y ahora. Intenta, además, crear un estado en el cual la persona siempre esté presente en todas sus acciones. La ventaja de la atención está en quien la practica realiza mejor cada tarea, pero al mismo tiempo está consciente de sus acciones.
El Yoga post-clásico
En las escrituras del Tantra y del Hata-Yoga, se hace mención especial a las âsanas. En las prácticas que configuran la estructura del Hata-Yoga, de acuerdo con el texto del Hata-Yoga Pradipika —quizá el más representativo de esta etapa—, se menciona a las âsanas, los Shatkarmas, el Pranayama, los mudras y las bandhas.
Yoga: su naturaleza holística
La verdadera práctica del yoga lleva a cada persona por diferentes direcciones; sin embargo, surgen las siguientes interrogantes. ¿dónde y cómo empieza la práctica de yoga? ¿Debe empezar siempre con el nivel físico? Se dice que de donde se empiece depende del interés personal. Aunque existen diversas maneras de practicar el yoga, el interés por un camino le llevará a otro, pero de manera gradual. Por ejemplo, podría empezar por estudiar meditación, practicar âsanas o pranayama, ya que no existe regla alguna; cada quien empieza de acuerdo a su inclinación personal.
Mientras más progresos logra la persona, ésta se dará cuenta de la naturaleza holística de su ser; sabrá que está hecho de cuerpo, respiración, mente y ser. No olvide que puede empezar desde cualquier punto, pero si desea ser un ser humano completo, es necesario que incorpore todos los aspectos del yoga de manera gradual.
En el Yoga Sutra, Patañjali hace énfasis en todos los aspectos de la vida humana. Incluye la relación con los demás, el comportamiento personal, la salud, la respiración, así como el camino hacia la meditación.
Sin duda, las âsanas son una de las herramientas más importantes del yoga, ya que ayudan al estudiante serio a desarrollarse física, emocional, mental y espiritualmente. Los antiguos sabios creían que si se pone todo el corazón e intensidad en su práctica, se llega a ser maestro de sí mismo, de sus circunstancias y de su tiempo.
Las âsanas son unas de las principales herramientas del yoga. Sus beneficios abarcan desde el nivel físico hasta el espiritual; por eso el yoga se conoce como una práctica holística (Sarvaanga Sadhana).
Âsana significa permanecer, ser, sentarse...
El término sánscrito âsanas se traduce como postura. Significa permanecer, ser, sentarse o estar seguro en una postura en particular.
La âsanas es un posicionamiento del cuerpo que involucra a la persona misma —físico y mente—, para establecer una comunicación entre sus seres interno y externo. Las âsanas permiten que la persona adquiera certeza de sí misma.
Âsana: sthira y sukha, sus cualidades
En el Yoga S?tra de Patañjali se especifica que el âsanas tiene dos cualidades importantes: sthira y sukha. La primera significa firmeza, actitud alerta, en tanto que sukha se refiere a la habilidad de mantenerse cómodo en una postura. Ambas cualidades deben estar presentes en la misma proporción cuando se practica una postura.
Ni sukha ni sthira estarán presentes cuando nos sentamos con las piernas cruzadas, si enseguida las estira porque le duelen. Si logra mantener la postura con firmeza y la actitud alerta —sthira— debe existir comodidad y ligereza —sukha—. Sin estas dos cualidades no hay âsanas. Sólo se cumple con este principio del yoga cuando practica un âsanas por determinado tiempo y está alerta y relajado.
Aceptación de sí mismo
Cuando se inicia una postura o se realiza un movimiento que conlleva tensión, es difícil sentir algo más que no sea tensión. Quizá, sentados en una postura, con las piernas cruzadas, solo piense en el dolor de los tobillos que produce la tensión.
Si siente lo anterior, en realidad no está concentrado en el âsanas que desea alcanzar. Es obvio: aún no está listo para realizar alguna postura en particular. Debería practicar alguna postura más sencilla. Esta simple idea es el cimiento de la práctica del yoga.
Se practican posturas de manera progresiva hasta lograr más firmeza, una actitud alerta y sobre todo, comodidad. Si desea hacer realidad este principio, debe aceptarse como es. Por ejemplo: si su espalda es rígida debe saberlo. Si es muy flexible, pero su respiración es “corta” es necesario corregirlo.
Asimismo, es posible que se sienta cómodo en un âsanas mientras su mente divaga. Tampoco es un âsanas. Solo es posible encontrar las cualidades esenciales si reconoce su punto de partida y aprende a aceptarlo.

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